LA PLANTILLA DEL ASCENSO
Jugadores: José Sanchís, Santiago Sánchez, Pedro B. Reyes, Norberto García, Javier García, Javier Sánchez, Emilio Esteban, Juan F. Bordes, Manolo Delgado, Vicent Morales, Jacek Macies, Luis M. García, Carlos Grau, Eloy González, Rubén Oliva, Cornelio Martínez, Carlos J. Pérez y Ximo Delgado.
Entrenador: José V. Ferrer Jorro.
Delegado: Jaime Alvado Such.
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Compartir unos minutos con dos de los baluartes de este gran equipo (Pepe Jorro, el entrenador, y Vicentet Morales, el incombustible capitán) es un placer. Aquí está la prueba.
Por Manel Lledó
Hagamos un balance de la trayectoria del equipo durante la Liga de 1ª Autonómica.
Jorro: Todo empieza en agosto, cuando comenzamos a confeccionar el equipo con la idea de no pasar los apuros del año pasado, donde ni siquiera teníamos jugadores para entrenar. Intentamos ampliar la plantilla contando con Juan Bordes, de Denia, para ser más competitivos y no sufrir. Además, fichamos a dos porteros de Benidorm y David se fue al Denia, se incorporó Rubén, Norberto subió de categoría, Javi García llegó del Benidorm… Con todos ellos, más los jugadores que continuaban y la ayuda de los tres juniors del primer equipo, comenzamos a trabajar bien. En la pretemporada fue muy positivo el torneo que disputamos en Ibiza, donde empezó a crecer el espíritu de compañerismo del equipo en la concentración. La primera vuelta fue sensacional. Algunos jugadores que en principio no contaban mucho, como el polaco Jack, aportaron lo suyo y todo funcionó casi a la perfección. En el partido contra el Benidorm sufrimos el varapalo de la lesión de Manolo Delgado, el cerebro del equipo. Notamos la baja de Manolo, pero seguimos trabajando muy bien. A mitad de Liga llegó Cornelio, que había tenido problemas en Alicante. En la segunda vuelta contamos con los juniors en los partidos complicados y, aunque se nos escaparon algunos partidos no previstos, al final sumamos los puntos necesarios para clasificarnos para la fase de ascenso.
Vicent: Ya cuando fuimos a Ibiza nos quedamos con un gran sabor de boca respecto a nuestras opciones. Se veía que el Altea tenía peso. Al principio de la Liga sabía que teníamos un muy buen equipo y nos lo empezamos a creer de verdad. Perder a Manolo por lesión era perder sus ocho pases al pivote, pero ahí estaba Javi de central haciéndolo bien. Después del parón de Navidad y ya sin Manolo, seguimos pensando que podíamos estar a buen nivel. Hicimos dos pifiadas al bajar los brazos, pero así y todo acabamos la Liga a un punto del Benidorm.
Llega la fase de ascenso y el primer rival al que os imponéis es el San José Obrero con una gran aportación del banquillo.
Jorro: El San José era el único equipo del que no teníamos vídeos. Sólo teníamos referencias de su veteranía y de su calidad gracias a lo que nos comentó el entrenador del segundo equipo de Canarias. En los últimos 10 minutos, los jugadores con los que se contaba menos fueron los que solucionaron el partido. En la parte final jugó Boti en la portería, Ximo en el extremo y Pedro en el pivote tras el trabajo de los titulares en los minutos anteriores.
Vicent: Fue complicado. Ellos cometieron el error garrafal de que expulsaran a uno de sus jugadores en los últimos minutos. Era el fallo que nosotros queríamos evitar y a ellos les pasó factura. Del San José no teníamos vídeos pero Jorro nos dijo que era un equipo maduro. Soy de los que piensan que hasta que no juegas contra ellos no te haces una idea exacta. Yo me quito el sombrero ante ellos por el último partido de la fase y porque eran unos señores: cuando jugaron contra nosotros nos daban la mano y pedían perdón en las exclusiones. Dieron mucha guerra y el partido fue muy igualado, pero en los últimos minutos les echaron a dos jugadores y fue cuando marcamos la diferencia.
En el segundo encuentro os enfrentáis al anfitrión, el Banyoles, en un ambiente muy cargado y teniendo que soportar un arbitraje discutible.
Jorro: Empecé a sufrir este partido justo después de terminar el encuentro ante el San José. Cuando salimos del vestuario comenzamos a planificarlo. Teníamos el problema de Eloy González y su convocatoria con el equipo de ASOBAL. Al final llegamos al consenso de que Eloy se marcharía a Granollers y que regresaría tras finalizar el partido de ASOBAL. Tenía la confianza de que los árbitros, que nos habían pitado bien ante el San José, no se casarían con nadie, aunque estaba claro que influiría la presión ambiental a favor de los de casa. El Banyoles empezó muy fuerte, quizá demasiado, y con una velocidad impresionante. Se fueron en el marcador de 6 goles en el descanso. Llegó Eloy y con su actitud y carácter el equipo se vino arriba en defensa, tomó confianza y subió su ánimo. En la segunda parte llegaron a ponerse 8 arriba, pero salió Boti, paró unos balones, el Altea creció y el Banyoles se puso nervioso. In extremis conseguimos el empate, lo que nos dio mucha moral y al Banyoles lo dejó muy tocado de cara al día siguiente.
Vicent: Sabíamos que era un equipo bueno y que no podíamos darles facilidades, pero hicimos lo contrario. Ellos hacían pressing en todo el campo y ahí nos vimos contra una muralla, nos desbordaron. En la segunda parte llegamos a ir 8 abajo, pero gracias a la aportación de Eloy defendimos como ogros. Nos pusimos cerca hasta que pudimos empatar a falta de 10 segundos con gol de Cornelio. Recordaremos esa remontada durante muchos años.
En el tercer partido, ante el Son Rapinya, el objetivo era golear por la mayor diferencia posible para tener el gol-average favorable en caso de empate a puntos con el Banyoles.
Jorro: En ese caso sabíamos que el Banyoles, que jugaba después contra el San José, nos llevaba 7 goles de ventaja en el gol-average y que teníamos que marcar muchos goles. El Son Rapinya cumplió hasta el final y nos lo puso difícil. Nuestro error fue querer ganar por goleada en el primer tiempo, así que nos precipitamos y estuvimos nerviosos. No lográbamos marcharnos en el marcador. En el descanso pedí tranquilidad y después jugamos más organizados y rápidos y defendimos más. En los últimos minutos nos despegamos y ganamos de 13, entre otras cosas porque ningún equipo aguantó físicamente como nosotros.
Vicent: Era el peor equipo de la fase y confiábamos en ganar por muchos goles. Estábamos convencidos de que podíamos hacerlo, pero sentíamos impotencia porque veíamos que no nos marchábamos en el marcador. Los árbitros tampoco apoyaban en nada. Desde las gradas nos pedían tranquilidad y decidimos que debíamos jugar nuestro balonmano. Está claro que ganar sobradamente era muy difícil, así que jamás bajamos los brazos. Nos pasó factura la ansiedad de querer ganar por mucho ya en la primera parte. En la segunda mitad ellos estaban más cansados y gol a gol, sin casi darnos cuenta, conseguimos lo que queríamos.
Quedaba el último partido de la fase, donde el Banyoles se enfrentaba al San José con la necesidad de ganar por 8 goles para ascender.
Jorro: Al ganar nosotros de 13 en nuestro partido, les habíamos puesto una meta muy alta. Tenían que ganar de 8, lo que supone un sobreesfuerzo. El San José es un equipo veterano que supo ralentizar el juego, mientras que el Banyoles jugó muy agresivo en defensa y precipitado en ataque. El central del San José, De la Hoz, dio un recital de cómo jugar a balonmano y el portero paró muchos balones ante los tiros poco seleccionados de un Banyoles muy nervioso. Los catalanes defendían con un pressing a medio campo que les condenaba a recibir goles fáciles de los jugadores desmarcados del San José. De hecho, en ningún momento se pusieron por delante y acabaron perdiendo.
Vicent: Todos queríamos que el Banyoles no ganase por más de 7 goles. El portero del San José paró de una forma impresionante. Ese equipo se dejó la piel en el campo en defensa, el portero respondió siempre y les amargó la vida. El San José siempre iba por delante jugando tranquilo, como si no pasase nada, con un gran «tempo» del partido. A falta de 10 minutos para el final ya sabía que teníamos el ascenso. Aunque no se jugaban nada, los felicité uno a uno por el partidazo. Del Banyoles y el Son Rapinya aprendimos lo que es la garra y la lucha, mientras que del San José aprendimos mucho balonmano.
¿Dónde viviste ese último partido de la fase de ascenso entre catalanes y canarios?
Jorro: En el primer tiempo me fui del pabellón porque no quería ver el partido. Tras acabar nuestro partido, pensaba que estábamos perdidos porque creía que el Banyoles podía arrollar con el apoyo del público. Nos llamaron para decirnos cómo iba el marcador, no pudimos aguantar más y ya en la segunda parte lo vivimos en directo.
Y al final, explosión de alegría y todos a la pista para celebrar el ascenso.
Jorro: Animamos al San José como si fuera nuestro equipo (risas). Todos lo vivimos a lo grande. Nadie se esperaba lo que pasó. Luego lo celebramos con los aficionados alteanos, los directivos y el presidente, que se desplazaron para vernos y apoyarnos.
Vicent: La celebración fue muy intensa porque estábamos un poco desperdigados. El presidente y un grupito de jugadores estábamos en la grada, el entrenador y dos más estaban de pie en otro lado… Cuando se pitó el final todos bajamos corriendo a la pista y dimos saltos de alegría con los aficionados alteanos. Es una alegría difícil de describir, algo muy fuerte. Cuesta mucho de digerir porque la alegría te la da otro equipo e incluso te apetece abrazarles. Fue una gran fiesta y el mejor domingo de mi vida.
¿Ha sido muy importante el factor físico al tener que jugar tres partidos en tres días?
Vicent: Sí. En el primer partido jugamos con uñas y dientes, sin reservar nada, con un desgaste enorme. Sin saberlo, nos encontramos con un hueso muy duro de roer. Cuando jugamos contra el Banyoles, ellos se habían dejado la piel en el partido anterior. En el último partido de la mañana del domingo, tras haber jugado unas horas antes, llegamos con dolores y pocas energías, pero cuando comenzó el partido se nos olvidó y ya sólo pensábamos en golear.
¿Alguna felicitación en especial por el ascenso? ¿Qué tal el recibimiento?
Jorro: Todo el mundo sabe del ascenso y te felicitan. El que más lo ha vivido y más se lo ha ganado ha sido Jaime Alvado, nuestro delegado, que es el que más se lo merece. El equipo ha trabajo muchísimo y nos lo hemos ganado. Hemos colaborado todos para hacerlo posible, como si desde los cadetes a los de ASOBAL fuésemos un sólo equipo.
Vicent: Las felicitaciones que me hacen más ilusión son las de la gente normal de Altea que, aunque no lo pensaba, sigue el balonmano. Me ha felicitado mucha gente por la calle y es algo que me llena mucho más que si lo hace alguien muy grande. Prefiero que me valore la gente con la que trato. A Jorro le llamaron muchas autoridades y él nos iba transmitiendo esos mensajes. Está muy bien, pero está claro que no hay nada como un apretón de manos cuando estás allí. Todos se han volcado y se han quedado boquiabiertos.
¿Cuáles han podido ser las claves de este éxito?
Jorro: El trabajo diario. Además, no hemos tenido ninguna presión. Hemos tomado los retos día a día, partido a partido, sin estrés. Esa frescura mental ha sido positiva.
Vicent: Para mí la clave es la variedad de jugadores que tenemos, de tal forma que cuando a uno no le salen las cosas en la cancha incluso llega a pedir el cambio porque siempre habrá alguien capaz de hacerlo bien. De esa manera, el que ha entrado lo ha hecho con muchas ganas. Nos hemos apoyado mutuamente y todos juntos hemos sabido resolver los problemas.
Algo que llama la atención es que el equipo ha sido un auténtico bloque, una piña.
Jorro: Ha sido una piña durante todo el año, incluso en el caso de los que no han jugado. Algunos jugadores que se han quedado en la grada en esta fase han sido los primeros que han apoyado. El equipo físicamente ha aguantado hasta el final.
En esta temporada el ascenso no era, en principio, el objetivo.
Jorro: En principio nosotros no queríamos sufrir apuros como el año pasado. Y fíjate que al final hemos ascendido.
Vicent: Al tercer partido de Liga yo ya notaba que éramos muy fuertes. Incluso los jugadores que están en ASOBAL venían y no necesariamente tenían que jugar siempre. Después de las Navidades yo ya me veía en la fase de ascenso.
A nivel personal es difícil pedir más porque hay que recordar que recientemente ganaste el premio al mejor entrenador en la Gala del Deporte.
Jorro: Ha sido un año impresionante. He entrenado a muchos equipos, pero este año se ha juntado todo.
34 años y sigues ahí, en la brecha. ¿Aún nos queda mucho Vicentet?
Vicent: (Risas) La verdad es que los años me están tratando bien. Siempre he jugado al 100% y, aunque en los dos últimos años se me hace cuesta arriba, no pierdo las ganas de venir a entrenar. Mi mentalidad no ha cambiado mucho. Estoy esperando a acabar el trabajo para coger el macuto y venir. Este año me habré saltado como mucho dos entrenamientos. Sigo teniendo el «mono» del balonmano. Me imagino que queda Vicentet para rato, sí.
Ya son tres ascensos los que acumulas en tu carrera.
Vicent: Sí. El primer ascenso fue cuando subimos a ASOBAL en la promoción que jugamos contra el Barakaldo como cuarto equipo de la fase de ascenso. Éramos una piña y nos salió una temporada redonda. El segundo fue en provinciales con Jorro a cargo de un equipo muy majo. Ganamos la Liga y la fase de ascenso se disputó en Altea. Pero yo creo que esta fase de ascenso de Banyoles será la más inolvidable para mí porque he sido protagonista de verdad.